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Mostrando entradas de agosto, 2012

MUJER DE SIETE ROSTROS

LO INVISIBLE

A quello que se siente que es impalpable al tacto, que el corazón describe con besos y abrazos. Aquello que tu boca dice, cuando mi cuerpo te trae a mi lado, es como un hechizo, quimera en los labios. Aquello que se espera como lluvia de verano, o por miedo se oculta sin saber si será rechazado. Aquello que se escapa cuando el corazón esta anclado y en aguas turbias navega entre mentiras y engaños. Aquello… lo invisible, lo que bebo de tus manos. Ternura, pasión, amor tres palabras que Dios no ha personificado. Graciela Giráldez – Octubre del 2010. Publicada en la revista literaria palabras indiscretas nº 2 del 2011

VA Y VIENE

Va y viene enamora la mirada del caminante, que detiene su paso al contacto de su beso azul. Va y viene levanta su brazo, envuelve las rocas. Abre sus manos,   acaricia la arena, gime sonidos despertando sirenas. Va y viene anuncia en silencio su inmensa. Lleno de misterios levanta su rostro sintiéndose cómplice del cielo, entregándole su cuerpo de sal y espuma. Va y viene hipnotiza al caminante que descalzo siente el frío de su orilla, donde descansa su fuerza, su brío, el nervio impulsivo que esconde su alma. Va y viene Mar de los sueños, mar del silencio, mar del caminante. Bebe de tu orilla la aurora el   sueño transparente de   tus entrañas. En tu orilla, duerme la tormenta, se despierta al sol y el caminante busca ese amor que   sueña. Graciela Giráldez- abril 2010 Publicada en la Revista Literaria Palabras Indiscretas nº2 del 2011

BUSCANDO EL CENTRO

Voy… Descubro un suelo manchado por   palabras que no   escaparon de mi boca. Ellas, quedaron atrapadas en un enredo de lágrimas y saliva. Lágrimas, hambre de un sentimiento que se amontona en la grieta que mira al mundo.   ¿Y la saliva?..., prisionera encharca la alfombra de un tiempo que reclama libertad. Sigo… Se revela un   camino que   atraviesa y aleja   los recuerdos;   y acerca la   distancia. Él   golpea   mis sentidos que se abren al amanecer.   Amanecer,   llama que enciende la cresta de mi   fe.    ¿Y mis sentidos?...,   atentos   desnudan    la   belleza   de callar, de entregar, de amar y no esperar nada a cambio. Encuentro… El equilibrio del crepúsculo cuando salgo de ese   guante que cobija   el alma. Ella,   se dilata en una búsqueda constante de ese centro, donde   la esencia de la vida se hace    aventurera   a su paso por la   tierra.   ¿Y el crepúsculo?..., audaz   borra la huella del camino para perderse en mí. Graciela Giráldez