Cada palabra, una lágrima.
Cada lágrima, un llanto.
Cada llanto recuerdos,
y cada recuerdo una historia.
Historia que será recuerdo con los años.
Años que pasarán ante un espejo que irá envejeciendo,
dejando marcas en la memoria.
La frescura de la vida,
inquieta, arrebata, mueve.
Descubrimos juegos, damos giros
Y derrochamos la energía a cada instante
sin comprender
que la vida es una mezcla de sencillez y hermosura.
El razonamiento toma las riendas
y la visión se hace más amplia.
La templanza divina es sabiduría
y nos ayuda a valorar lo que fuimos
con lo que queremos ser.
Pasan los años
y se abren ventanas
sacudiendo el polvo de lo transitado,
miro el sendero, lo que marca el hoy
y la duda me intriga.
¿Quién recordará mi historia?
¿Quién mantendrá vivo mi recuerdo?
¿Quién encontrará mis cuadernos?
(aquellos que dejé escondidos)
¿Quién leerá mis versos?
¿Quién los habrá comprendido?
Graciela Giráldez
Del poemario “Raíces”
Hola Graciela, te felicito es un lindo poema; quien no quisiera retroceder los años y encontrarse con su pasado; en realidad la vida es un sueño en la cuál uno solo despierta para pasar a la verdadera y eterna vida; solo dejamos recuerdos; un abrazo.
ResponderEliminarHola Julio gracias por tu comentario, un saludo Gra
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